Para terminar con esto…

SUZANNEMANIA

Sorprendió con un primer disco tan profundo, Suzanne Vega.

Usando letras inspiradas en Leonard Cohen, atmósferas opresivas y sonido minimalista trató de dar salida a un espíritu sesentero alternado con dosis de melancolía (la excepcional «Cracking», probablemente su mejor canción) interrumpidos por dramas crepusculares cantados con ritmo sincopado («Marlene on the wall»). 

Para su segundo y más celebrado trabajo, «Solitude Standing», el que la convirtió en un rostro familiar, Suzanne exprimió todo su talento de una tacada confeccionando un album de diez singles. Nada sobra en él. De hecho, y pese a que fueron «Luka», «Tom’s Diner» o «Gypsy» las canciones más alabadas, son «Caspar Hauser’s Song», «Ironbound» o el sentido homenaje a Juan Gris titulado «Night Vision», las mejores muestras de su personal estilo.

Sobre «Days of open hands» casi mejor pasar de largo, un par de temas compuestos a remolque de sus anteriores trabajos que no tendrían talla suficiente para servir ni como descartes de aquellos.

Lo que vino después fue aún peor… Mejor guardar un respetuoso silencio.

ERIC CLAPTON – THE MAMAS AND THE PAPAS

Para el único trabajo de Clapton que tengo en vinilo, no me puedo quejar. Puede que no sea su mejor obra, pero temazos como «Wonderful Tonight», «Cocaine» y «Lay Down Sally» le justifican sobradamente.

El disco doble recopilatorio del grupo californiano recoge lo esencial de su carrera. Por supuesto no podían faltar los temas que les hicieron populares: «Monday, Monday», «California Dreamin» o «Dedicated to the One I Love». Se agradece también la inclusión de versiones de clásicos como el «Dancing in the Streets» (muy inferior al original de Marvin Gaye, infinitamente superior a la versión Jagger-Bowie),  o la más que digna dedicada al «My Girl» de los Temptations.

No suelen gustarme la recopilaciones, pero en ocasiones como ésta merecen la pena.

RECORDANDO TIEMPOS MEJORES

Aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, define con precisión de cirujano la carrera de Paul Simon.

Suele considerarse «Graceland» como su mejor trabajo en solitario. Es más, para muchos es superior incluso a la mayoría de los discos que grabó junto a aquel tipo de pelo enredado y pinta de empollón.

En una palabra: Brillante, como el arroz.

El irregular resumen de su carrera en solitario titulado, «Negotiations and love songs. 1971 – 1986», desafía los canones habituales de esta clase de discos al reunir canciones casi olvidadas con éxitos recientes (y evidentes).

Como es habitual en los recopilatorios, el album carece de coherencia y tan solo llega a despegar con el cuarto disco, copado por tres temas de «Graceland» y por aquel estraordinario homenaje tributado al pintor francés, Rene Magritte («Rene & Georgette Magritte with her Dog After the War»). 

En cualquier caso, interesante y muy cuidada recopilación. De hecho, yo la considero imprescidible.

MICHAEL JACKSON – THE BEATLES – CAROL KING

Para terminar una galería de clásicos imprescidibles que podría liderar el «Off the Wall» que se marcó aquel Jacko pre-esquizofrénico.

Sin menospreciar su megaconocido «Thriller» ni el megacomercial «Bad», es «Off the Wall» el disco que muestra la esencia funky de Michael. Un crescendo imparable que solo conoce el límite del vinilo cuando la aguja ha terminado de surcar toda su superficie. Soberbio.

Con «Let it be», The Beatles cerraron su carrera, Yoko mediante.

Lo hicieron a lo grande, con un trabajo en el que se masca lo crepuscular incluso en las conversaciones que mantienen al final de los temas y que se mantienen entre corte y corte. Se ha hablando tanto del doble sentido que esconde cada canción que no me siento capacitado para añadir una palabra más. Bueno, tan solo un pequeño apunte… «Long and Winding Road» es una jodida obra de arte.

El «Tapestry» de la gran Carol King se convirtió en el disco más vendido de la historia cantado por una mujer. Ignoro el tiempo que se mantuvo en tan elevada posición, lo cierto es que ventas aparte, la canta-autora desbordó sentimiento en cada corte de esta obra magna.

«So far away», «I feel the earth move», «It’s too late», «Will you love me tomorrow», «(You make me feel like) A natural woman»… Cada canción contenida en esta maravilla es un universo de sensaciones. Más adelante, muchas de ellas fueron reversionadas por otros cantantes. De entre ellas, «You’ve got a friend» se convirtió en todo un himno generacional en la voz de James Taylor. Les recomiendo, sin embargo, que escuchen la versión original cantada por Carol y contenida en esta obra maestra. Redescubrirán la canción.

Y fin… O no…  Me guardo el apartado de las bandas sonoras para otra ocasión…