Sumen…
+
+
+
+
+
+
=
Creo que ya he terminado de afilar el cuchillo…
Este batiburrillo titulado «Happy Feet», será, con toda justicia, la próxima ganadora del Oscar a la mejor película de animación.
Lo será porque es plana, absurda, mema… Una estupidez elevada al infinito en la que todo resulta molesto.
La falsedad de su argumento, la estrechez de un sentido del humor que le resultaría aséptico incluso a un crío de cinco años, la dificultad para empatizar con un protagonista al que se desearía descuartizar desde incluso antes de haber salido del huevo, el lamentable estereotipo aplicado (una vez más echando mano de las minorías raciales) a un grupo de secundarios que dan más pena que frío, un guión que plagia (que no homenajea) sin pudor alguno pedazos de varias películas de éxito, el enfático y bochornoso uso de canciones clásicas con el fin de actuar como chantaje emocional sobre los incautos adultos que se asomen a ella…
Podría continuar, pero de qué serviría. El muro contra el que darse de cabezazos es demasiado grueso: Un adocenado público predispuesto a pasarselo bien vea lo que vea. Una crítica que menosprecia al género, premiando al bodrio con elogios excesivos (…y probablemente bien remunerados en algunos casos), bajo la máxima de que «es cine para niños, al fin y al cabo», ignorando que parte de las pocas obras maestras incuestionables que ha generado el cine, pertenecen al pisoteado sector de la animación.
No me la habría tomado en serio de no ser por la gravedad que se atribuye a sí misma, por no hablar de los siete eurazos que me sablearon en taquilla. Y es que hay películas malas a su pesar. No es éste el caso. George Miller, veterano artesano de talento más que cuestionable, se ha limitado a coser el brillante trabajo de sus animadores sin prestar atención a las cualidades artísticas. El resultado es deplorable, no tanto por su excasa calidad como por la sensación de repugnante artificio que se respira desde que el primer pingüino se lanza a cantar.
Al terminar la sesión a la que asistí, un pequeño grupo hizo ademán de aplaudir su impostado y enfático final, se acallaron por sí mismos antes de empezar. En los pasillos alguien trató de sacar algo divertido del despropósito sin que nadie más del grupo que le acompañaba esbozase una simple sonrisa. Pero es igual, es Navidad, buena época para trileros y vendedores de humo. Alabemos, entonces, al nuevo Dios de la animación más comercial bajo la gilipollez tan extendida del «técnicamente es la hostia»… Y siendo así, qué importa lo demás, ¿verdad?…
En fin… Creo que tengo la solución para rebajar este acceso de ira… ¿Alguien sabe cuándo se abre la veda del pingüino?
18 comentarios
Comments feed for this article
diciembre 10, 2006 a 12:46 am
kuroi_yume
No sé por qué, pero me lo imaginaba.
Tuve más que de sobra con el bochornoso y estúpido argumento de esa de los animales en el suburvio (no me auerdo si quiera del nombre y no me apetece buscarlo…)
Pero me temo que lo peor son los doblajes patrios… (el trailer de TV de los pingüinos es para rebanar cabezas)
En fin… tenga en cuenta que se acerca una nueva del estudio Ghibli (aunque no esté dirigida por el Maestro Miyazaki sinó por su hijo), seguro que nos saca de la pena una vez más.
diciembre 10, 2006 a 7:14 am
Chuflo
Yo no sé sumar, pero si hay que matar bestias que andan como lerdos escocidos, yo los mato, mendiós!
diciembre 10, 2006 a 1:42 pm
freddyvoorhees
Justo lo que me imaginaba y necesitaba que alguien me dijera, porque no paraba de leer comentarios entusistas y ya empezaba a dudar!
diciembre 10, 2006 a 2:53 pm
antarcticastartshere
Sí, «Vecinos Invasores», también yo me llevé un buen chasco con ella, Sr. Yume. Uno más de los muchos bofetones con que la animación yankee nos está zurrando en los últimos años. Tan solo «Colegas en el bosque» (dentro de la vertiente más comercial) puede presumir de honestidad, entre las estrenadas este pésimo año.
Entre mis enormes carencias en lo que se refiere a la cultura manga, ya sabe que Miyazaki es una luz cegadora para mí. Un genio que si ha conseguido transmitir, vía genética, un ápice de su talento a su hijo, seguro que ésa película de la que me habla merecerá la pena.
Andan como escocidos, sí, pero no vea como bailan luego los jodios pingüinos, Sr. Chuflo.
Bueno, mejor que la veas, Freddy, tal vez no te parezca tan espantosa como a mí. Lo peor es la ausencia de coherencia alguna. Esa sensación de artefacto comercial milimétricamente estudiado para romper taquillas que echa mano de los más viles recursos políticamente correctos. Pueril esperpento.
diciembre 10, 2006 a 4:18 pm
desconvencida
7 euros, ¡qué dolor!
Reconozco públicamente mi aversión a la gran mayoría de películas de animación digital protagonizadas por «divertidos» animalitos y/o insectos que hablan, no te digo ya si cantan (supongo que Shreck no puede considerarse estrictamente como un animal)…
diciembre 10, 2006 a 4:58 pm
Donnie
jajajaj qué grande esta crítica! me lo he pasado bomba leyendola…lo peor es que al «obligar» a mis compis a ver The Queen, ahora tengo que ver Happy Feet, así que deseadme suerte, porque rendirme, nunca!!
En fin 7 eurazos!! por suerte aquí si sumamos el carnet universitario queda en 5!
Saludos!!
diciembre 10, 2006 a 5:56 pm
Horrorscope
La hostia tú… Cuando quiera nos vamos de caza (de ejecutivos hollywoodienses, dejemos a los animalillos virtuales tranquilos).
diciembre 10, 2006 a 6:49 pm
freddyvoorhees
Joer, si es incoherente y prediseñada para arrasar dentro de lo politicamente correcto no me digas que lo mejor es que la vea, lo mejor es que huya de ella como de la peste!!
diciembre 10, 2006 a 10:58 pm
antarcticastartshere
Qué va. No hay dolor!!! No hay dolor!!! Eso sí, conociendo tu aversión hacia los musicales, te recomiendo que te mantengas alejada del pingüino bailarín todo lo que puedas.
¿Qué tal?… Imagino que agotada. Yo me pasaría tres días sin salir de la cama después de un viaje así.
En fin… Se te echó de menos.
Pues espero, Donnie, que no se te atragante como a mí. Deja los prejuicios fuera del cine antes de verla o lo pasarás tan mal como lo pasé yo.
Saludos.
Vale, vale, Sr. Horror. Mejor «cazar» encorbatados ejecutivos adictos al agua Evian que a inocentes aves. Al fin y al cabo son ellos los culpables de semejante tostón. Vaya cargando las escopetas… con balas de fogueo, of course.
Bueno, Freddy… Soy de los que piensan que cada uno debe formar su propia opinión del asunto. Puede que a ti te guste (cosa que no me extrañaría, que casi nunca coincidimos en gustos), o al menos, no te disguste tanto como a mí. Cada persona es un mundo, y ninguna opinión vale más que otra, ya sabes.
En cualquier caso, yo de ti huiría de ella como de un concierto de Bisbal.
diciembre 11, 2006 a 9:41 am
GRITOS EN EL CINE MUDO
yo bace mucho que dejé de ver pel´´iculas de dibujitos porque son casi siempre simplista presentando a los niños un mundo de buenos y malos donde los buenos son siempre guapos y listos y los malos pobres y feos
diciembre 11, 2006 a 12:40 pm
antarcticastartshere
Hombre, Juan. Al menospreciar el género de ese modo cometes el mismo error que los inútiles que al hecho esta película. El cine de animación es mucho más que eso.
diciembre 11, 2006 a 5:20 pm
NoSurrender
Bueno, quizás es que estamos llamando cine a lo que no es más que una industria -legítima- de cadena de montaje donde lo más creativo reside en la política contable de algunas amortizaciones de créditos de la productora. Realmente el cine para niños siempre ha sido un negocio estacional; no nos deberíamos escandalizar tanto. Si acaso, exigir al Ministerio de Industria que identifiquen el producto con otra categoría distinta a la de cine y con un IVA, lógicamente, más elevado.
diciembre 11, 2006 a 6:27 pm
freddyvoorhees
Ya, si quizá me guste, pero es que no quería verla por nada del mundo y sólo necesitaba una crítica negativa para prescindir de ella en su paso por la cartelera. Ya veremos ei en dvd o en su paso por digital +…
diciembre 11, 2006 a 7:57 pm
Lucinda
¡Ahí, ahí, a la yugular…!
Confieso que al principio del post estaba algor perdida e intrigada… tantas películas dispares entre sí juntas… no podía adivinar el resultado.
La verdad es que al principio tenía puestas varias esperanzas en la película (no la he visto, de todos modos), pero los primeros trailers, sin diálogos ni nada, solo ese simpático pingüinito bailando, me conquistaron. Pero leyendo lo que dices he empezado a recular (soy débil respecto a tus opiniones cinematográficas).
Por cierto, viniendo al caso, ¿nadie se ha dado cuenta de que antes había una película de animación al año, dos a lo sumo, y ahora unas ocho o nueve?
Saludos.
diciembre 12, 2006 a 2:09 am
antarcticastartshere
El cine es negocio, está claro. Todo arte lo es en realidad. Pero limitarlo tan solo a eso, a una máquina de hacer dinero, es error. Y son muchos los ejemplos que lo demuestran.
Yo diría que era estacional. Desde que Pixar revolucionó el mercano de la animación infográfica, los estrenos se suceden a lo largo del año casi sin pausa. En cualquier caso, es cierto que en verano y en navidad parecen reproducirse por esporas.
Espero que los distribuidores no lean lo que dices, Freddy, o vendrán a reclamarme la pasta perdida.
Ay que ver lo que gustan los arrebatos, Lucinda. Ya he visto un comentario sobre el tal Risto en el que se comenta lo mucho que sube la audiencia del truño cuando él aparece en pantalla.
Pues si tenías pensado verla, no te cortes y hazlo. No te fíes de opiniones ajenas hasta tener la tuya propia formada.
El trailer es engañoso, como debe ser todo trailer, al fin y al cabo te están intentando vender algo. Combina cierto aliento épico con la garantía de que pasarás un buen rato con el pingüino bailón. A mí me descolocó más que nada, pero fui a verla impulsado por terceras personas… En fin, ya me vengaré.
Es verdad, el boom Pixar ha generado un alud de películas animadas que comparten varios puntos en común. Es más llamativo: la mediocridad. Lo de «Cars» aún duele…
Saludado estoy.
diciembre 14, 2006 a 6:16 pm
Liliana
Veo que hay más intereses que los supuestos, pues han borrado de este post casi todas tus fotos. Al menos, yo no las veo.
Pues sí, el cine es un buen equilibrio entre arte, espectáculo e industria. Cuando se rompe ese equilibrio es cuando surgen críticas severas como esta. Y lo bien que está…
Alex, he dejado un comentario a tu nota sobre Los infiltrados (que vi hace un par de días) en casa de Yume.
Un abrazo desde Baires.
diciembre 14, 2006 a 6:16 pm
Liliana
Veo que hay más intereses que los supuestos, pues han borrado de este post casi todas tus fotos. Al menos, yo no las veo.
Pues sí, el cine es un buen equilibrio entre arte, espectáculo e industria. Cuando se rompe ese equilibrio es cuando surgen críticas severas como esta. Y lo bien que está.
Alex, he dejado un comentario a tu nota sobre Los infiltrados (que vi hace un par de días) en casa de Yume.
Un abrazo desde Baires.
diciembre 14, 2006 a 11:06 pm
antarcticastartshere
No, no… Nada de boicot, para ellos una reseña negativa no supone ningún problema. Lo de la fotos ha sido cosa del bandwidth. Reaparecerán en unos días.
Es un equilibrio, cierto. Es algo indiscutible. Aunque para algunos sea mucho más que un balance positivo en un libro de cuentas. Afortunadamente.
Sí, he leído tu comentario. Te lo agradezco y lo comento allí.
Un abrazo, Liliana. Siempre un placer.