El clásico
NOSFERATU (F.W. Murnau. 1922)
La obra maestra del subgénero vampírico…
El otro clásico
DRÁCULA (Tod Browning, 1931)
Estática, forzada, acartonada… El tiempo la ha dañado irremisiblemente.
El vampiro según la Hammer…
DRÁCULA (Terence Fisher, 1958)
El renacimiento del mito de la mano del mayor genio a las órdenes del estudio británico. Sangre y sexo en una atmósfera nunca igualada.
DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (Terence Fisher, 1966)
De nuevo Fisher. Y de nuevo su solvencia y talento para reinventar la gastada leyenda del Conde. Memorable.
LAS NOVIAS DE DRÁCULA (Terence Fisher, 1960)
El vampirismo interpretado en clave sensual. Lo que antes se sugería mediante colmillos penetrando en cuellos es ahora carne y ropas vaporosas que amenazan con caer pero nunca lo hacen. Y Fisher, otra vez.
DRÁCULA VUELVE DE LA TUMBA (Freddie Francis, 1968)
La fórmula se agota y el reclamo del sexo ya no resulta tan eficaz. Freddie Francis toma el relevo del maestro y lo hace con dignidad. El vampiro vuelve a reinar… por poco tiempo.
De risa
EL BAILE DE LOS VAMPIROS (Roman Polanski, 1967)
Narración fría para una comedia caliente. Las obsesiones sexuales del joven aprendiz de sátiro polaco se centran en la imponente presencia de su esposa, Sharon Tate. Elegancia en las formas y el acabado. Prestigiosa, aparente y poco más.
NOCHE DE MIEDO (Tom Holland, 1985)
Sátira ochentera a medida del gusto de la época. En tiempos despreocupados toca reírse del mito. A su rebufo nacerán muchas otras películas deudoras de su estética y filosofía (Vamp, Mordiscos Peligrosos).
DRÁCULA: DEAD AND LOVING IT (Mel Brooks, 1996)
Mel insiste en parodiar géneros clásicos aunque hace tiempo que perdió el don. Cuatro buenos gags y Leslie Nielsen haciendo de Leslie Nielsen otra vez. También aparecía Anne Bancroft, maravillosa siempre.
BESOS DE VAMPIRO (Joseph Minion, 1989)
Olvidable comedia negra con puntuales momentos de interés ahogados en su interminable metraje. Lo mejor: un entregado Nicholas Cage emergiendo de la mediocridad a base de una dieta de cucarachas.
AMOR AL PRIMER MORDISCO (Stan Dragoti, 1979)
En pleno auge del tratamiento paródico dedicado al conde transilvano, Dragoti (siempre más preocupado de entretener a las damas que en dirigir) se desmadra moderadamente sin quitarse en ningún momento el fajín ni la capa. Richard Benjamin oficia de cazavampiros imposible mientras George Hamilton se convierte en el alter ego del director seduciendo a quien se ponga a tiro y a dentelladas si es necesario.
Anime
BLOOD, EL ÚLTIMO VAMPIRO (Hiroyuki Kitakubo, 2000)
Aceptable reinterpretación manga de un universo tan ajeno para la cultura japo como es el vampírico. Mucha pose, mucha katana, mucho ruido… y no muchas nueces.
Del espacio exterior
LIFEFORCE (Tobbe Hopper, 1985)
Vampiros psíquicos llegados del espacio exterior asolan Londres y lo dejan como la cabeza del director. Mala con avaricia, ni la permanente visión de las potentes tetas de Matilda May la salvarían de la pira.
Vampiros, sí, pero con clase
DRÁCULA (John Badham, 1977)
Excelente adaptación de la novela de Stoker. El remake del clásico de Browning no pudo caer en peores manos ni conseguir mejores resultados. Y es que la flauta, a veces, sigue sonando. ¡¡Brillante!!
EL ANSIA (Tony Scott, 1982)
Más moderado de lo que es habitual en él, el hermano tonto de Ridley ideó toda una iconografía vampírica moderna tomando como protagonistas a un grupo de estilosos no muertos y sus correrías ángelinas. Se acabaron los lúgubres castillos y los pasadizos llenos de telarañas. Ahora las cacerías se celebran en club nocturnos y callejones humeantes. No falta el componente sexual inherente al mito. Y la flauta sigue sonando…
Coppola
DRÁCULA DE BRAM STOKER (Francis Ford Coppola, 1992)
La personal interpretación del genio cojea, pero no se nota. Excesiva, barroca, su romanticismo desbordado hiere y desconcierta al consumidor habitual de sangre por vía yugular. La introducción, antológica. El resto se deja ver. Pudo haber sido enorme pero se quedó en vistosa.
De sagas literarias
ENTREVISTA CON EL VAMPIRO (Neil Jordan, 1994)
La nada fácil papeleta de adaptar una serie literaria de culto fue resuelta por el director irlandés con eficacia. La narración es fluida, los personajes funcionan y el casting está ajustado pese a que en nada se asemeja el Lestat literario a Tom Cruise. El razonable éxito de la película hizo pensar en continuaciones que nunca llegaron, si exceptuamos spin-off como la prescindible «La Reina de los Condenados».
El añorado tío Jess
EL CONDE DRÁCULA (Jess Franco, 1970)
Hilarantes detalles como el mostacho del conde vampiro, unos efectos especiales de chichinabo y poco más. El tío Jess se pone serio y el resultado final se resiente. Mala por defecto pero menudo reparto: Klaus Kinski, Christopher Lee, Herbert Lohm…
DRÁCULA CONTRA FRANKESTEIN (Jess Franco, 1974)
Drácula y su amigo el hombre lobo tratarán de poner freno al ambicioso Dr. Frankestein y su maléfico ejercito de vampiros en su intento de dominar el mundo. Y con el argumento está todo dicho. Despiporre en fa mayor orientado a degustadores de caspa y desprejuiciados de todo pelaje. Grande.
Vampiros y patadas voladoras
KUNG-FU Y LOS SIETE VAMPIROS DE ORO (Roy Ward Baker, 1975)
Para ser uno de los últimos coletazos de la Hammer no estuvo nada mal. Improbable fusión de artes marciales y vampiros armoniosamente conjuntada por Baker. Material de matinee y palomitas. Entrañable.
Macarras y chulos varios
ABIERTO HASTA EL AMACENER (Robert Rodriguez, 1996)
Tipos duros en rugoso duelo con vampiros del desierto. Polvo, balas y Salma Hayek conteniendo apuradamente sus curvas en un minúsculo bikini. Para macarras vocacionales…
VAMPIROS (John Carpenter, 1999)
Más polvo y actitud en la mejor línea del director. Carpenter dota de gravedad a la historia de un grupo de cazavampiros en constante ruta sin perder por ello la chulería y el descaro. Mítica.
Étnicos
BLACULA (William Crain, 1972)
Por supuesto la Blaxploitation no podía dejar escapar la posibilidad de pintar de negro al más pálido de los mitos cinéfilos. Para ello echó mano de un medieval príncipe africano que es atacado por Drácula durante un viaje por tierras transilvanas. Contiene todas y cada una de las claves que hicieron imprescindible el movimiento blaxploitation: violencia, sexo y tendencia por romper los esquemas del sistema. Pasada de rosca, como debe ser.
Porno
DRÁCULA CHUPA (Philip Marshall, 1979)
Si hay un mito más afín al porno que el del vampiro, no lo conozco. Con «Drácula chupa» se produjo al fin el inevitable encuentro entre el sexo explícito y el conde transilvano. Lógicamente, para ello se optó por el tono cómico. Un clásico.
Rarezas
MARTIN (George A. Romero, 1977)
El vampirísmo también tiene hueco en el arte y ensayo. Extraña incursión del responsable del renacimiento zombie en el que se narra la historia de Martin, un convencido de ser un vampiro que se empeña en actuar como tal. Inquietante estudio psicológico.
EL CONDE YORGA, VAMPIRO (Bob Kelljan, 1970)
Ante la falta de dinero para hacer frente al pago de derechos para utilizar el nombre de Drácula, los avispados tipos de la AIP se inventaron a un improbable vampiro búlgaro y le enviaron a Los Angeles a morder cuellos. No da miedo ni hace gracia. Pero tiene su aquel.
El clásico revisado
NOSFERATU, EL VAMPIRO DE LA NOCHE (Werner Herzog, 1979)
Experto en misiones imposibles, Herzog aceptó embarcarse en la suicida misión (al más puro estilo de sus personajes de «Fitzcarraldo») de atreverse con un intocable y salir airoso del asunto. Fracasó, pero él está acostumbrado a los golpes. Alicaída e impersonal pero con detalles a destacar. Sólo para devotos del maestro alemán.
Modernos
REGRESO A SALEM’S LOT (Larry Cohen, 1987)
Apaleada continuación de la popular microserie televisiva «Salem’s Lot» de Tobbe Hopper. Para la ocasión se requirió a Larry Cohen, icono de series B, que optó por darle un tono pseudo-cómico a las terroríficas andanzas de un moderno vampiro (inspirado estéticamente en el encarnado por Max Schreck en «Nosferatu») empeñado en aterrorizar a los habitantes de una pequeña localidad estadounidense. Inofensiva y posiblemente peor que su predecesora. Es de Larry Cohen, sólo por eso es recomendable.
Postmodernos
JÓVENES OCULTOS (Joel Schumacher, 1987)
Emblemática cinta de terror ochentera echada a perder. Lujoso reparto de prometedores actores destinados a reinar en Tinseltown y que nunca lo hicieron (Kiefer Sutherland, Jami Gertz, Jason Patric, los Coreys…), la excesiva atención por la estética y el nulo interés por dotarla de solidez terminaron por hundir esta novedosa aproximación al mundo vampírico. No aburre, peor aún: provoca indiferencia.
Desmitificadores
SANGRE PARA DRÁCULA (Paul Morrisey, 1974)
Paul Morrisey, el protegido de Andy Warhol, dirige nuevamente en su nombre. Y vuelve a hacerlo con brillantez como ya hiciera en «Carne para Frankestein» y su conocida serie de películas conceptuales (Trash, Flesh, Heat…). En esta ocasión deciden desmitificar al conde vampiro robándole su aura seductora para convertirle en un ser apocado e inseguro que se ve obligado a emigrar de su tierra natal al escasear el alimento que precisa para sobrevivir: sangre de mujeres vírgenes, ya que la ingesta de cualquier otro tipo de sangre le produce terribles dolores e incontenibles diarreas. Así, armado con su ataúd y su fiel sirviente Mario, vagará sin destino fijo hasta toparse con un decadente noble italiano que les acogerá en su palacio en el que habita junto a su esposa y sus cuatro hijas casaderas e intocadas. El gozo del conde terminará difuminado cuando al alimentarse de las supuestas vírgenes hijas del noble sus visitas al retrete se multipliquen…
Y el inevitable e imperdonable olvido
THE ADDICTION (Abel Ferrara, 1995)
Como es habitual en él, Ferrara volcó cada una de sus obsesiones en una historia de género para convertirla en una nueva y personal reflexión. La angustiosa búsqueda del yo emprendida por una estudiante de filosofía recientemente vampirizada es plasmada a modo de pesadilla existencial por el director neoyorkino. La conclusión final eximirá de su complejo de culpa a la atormentada vampiresa novata gracias a un fascinante guía espiritual encarnado brillantemente por Christopher Walken.
Y aquí, un año después de comenzada, pongo punto y final a la trilogía vampírica antarctica. Ha sido lento, sí, pero fiable, conste.
22 comentarios
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julio 22, 2007 a 8:21 pm
Xavi
Jo! Lifeforce tan mala no era… Matilda May es un icono erótico de mi adolescencia 😉
julio 22, 2007 a 10:29 pm
antarcticastartshere
Mala, pero mala, mala, Xavi. Mi recuerdo de ella me producía retortijones hasta que decidí revisarla hará poco más de un año, en un canal digital. No pude terminar de verla, y eso que, como dices, el reclamo de Matilda May es poderoso.
También fue un icono para mí, Xavi. Y para quién no. Que se lo pregunten a Bigas Lunas.
julio 23, 2007 a 6:56 am
kuroi_yume
Tratándose de vampiros, no puedo más que estar en desacuerdo con muchas de las cosas que comenta…
Con los «vampiros» no suena la flauta. El monstruo en sí hace grande la película! (hasta Hamilton mola con colmillitos!!!)
julio 23, 2007 a 8:03 am
Alicia Liddell
¡Qué barbaridad! Esperaba pillarle algún olvido, como Blackula, pero no se ha dejado nada en el tintero.
julio 23, 2007 a 8:55 am
Emilio Calvo de Mora
Y no puedes olvidar, Alex, la banda sonora perfecta para este ramillete incuestionable de hitos del cine vampírico: MOON OVER BOURBON STREET, la historia del vampiro de Nueva Orleans inspirada por la trilogía de Ann Rice y formidablemente traducida a música por Sting. La canción es una de mis cinco favoritas, como dice un amigo mío. La oigo cada vez que veo un vampiro en la pantalla. Te lo juro. «There’s a moon over Bourbon Street tonight. I see faces as they pass beneath the pale lamplight. I’ve no choice but to follow that call, the bright lights, the people and the moon and all… «
julio 23, 2007 a 8:56 am
Emilio Calvo de Mora
Ah, la película del Cruise y el Banderas sobre la novela de Rice es flojita y excesivamente pop, esto es, ligera como palomitas de maíz en el vértigo de un ventilador a los pies de una cama.
julio 23, 2007 a 12:53 pm
antarcticastartshere
Ya lo repite constantemente Anne Rice, el vampiro es el ser más perfecto de la creación. Nada que objetar a una verdad tan obvia.
Y no se corte, Sr. Yume. Fustigueme!!.
Pues se me pasó una, Alicia. Imperdonable olvido ya corregido.
Pues no la conozco, Emilio. Cuestión que voy a corregir de inmediato si la encuentro en la mula. La película de Jordan es, para mí, correcta con positivos detalles que alabar. Hay que reconocerle a la adaptación que llevar a imagenes la barroca en detalles novela de Rice era una tarea compleja.
julio 23, 2007 a 2:36 pm
Alicia Liddell
Precisamente este fin de semana vi un trozo de otra «olvidada», aunque en este caso justificadamente. «Sangre fresca» con Anne Perillaud y Anthony Lapagglia con John Landis tras la cámara.
julio 23, 2007 a 4:00 pm
antarcticastartshere
Y no está nada mal la película de Landis. Por alguna razón siempre la asocio con aquella incursión en el género que perpetró Eddie Murphy: «Un Vampiro suelto en Brooklyn». Que es una peste, por cierto.
julio 23, 2007 a 6:03 pm
troncha
Interesante recopilación, lo que ocurre en que en estos listados siempre da la sensación que dependiendo de quien lo mire unas sobran y otras faltan.
Saludos.
julio 23, 2007 a 7:11 pm
EMILIO CALVO DE MORA
The dream of the blue turtles fue el primer disco de Sting tras dejar a The Police. Ahí matrimoniaba el jazz, el reggae y el pop sofisticado que no hizo con la banda. Moon over Bourbon Street es una obra maestra, Alex. No dejes, por favor, de buscarla. Si no la hallas, dime e-mail en el mío y te la envío sin problema cuando llegue a casa. Ahora no puedo.
De todas formas, tira de burra y cae seguro. Tira del disco entero. Shadows in the rain. La pieza que da título. Russians. Luego Sting se contaminó de géneros y ya no volvió a crear atmósferas como ésta, melodías tan absolutamente formidables.
Insisto
julio 23, 2007 a 8:31 pm
Budokan
Qué lindo trabajo has hecho en esta revisión bastante completa y selecta sobre este tipo de films de los que hay muchos que me emocionan como «Vampires» de Carpenter. La única que agregaría es «Near Dark» que me parece algo más que lograda de Bielow. Saludos!
julio 24, 2007 a 12:38 am
cineahora
A parte de las de Terence Fisher, he de decir que guardo un especial cariño a la de «Jóvenes ocultos» (la única película de Mr. Schumacher que me ha gustado) y a «Vampiros» de Carpenter (esas escenas en el ascensor de una prisión mejicana aún las recuerdo con repelús).
Tal vez añadiría ese experimento, entre cine mudo y ballet que hizo el divertidísimo y excéntrico canadiense Guy Madden llamado «Dracula: Pages from a virgin’s dairy», y que ganó como mejor película en el festiva de cine de Sitges, en el 2.002.
Claro que esta película nunca llegó a estrenarse en nuestras salas. Lo que es lamentable, porque por muy experimental que parezca el cine de Madden, hay títulos como «Cowards bend the knees» o sobre todo «The saddest music in the world» que son, excesivas, delirantes, barrocas… sí, pero con abundantes toques de innovación y genialidad.
Un abrazo, Álex.
julio 24, 2007 a 1:26 am
antarcticastartshere
Las listas personales no son enmendables, Troncha. Se trata de gustos personales que de ser corregidos por opiniones ajenas dejarían de serlo. Para fustigar listas ya están las «oficiales» o las delirantes del IMDb.
Saludos.
Conozco el disco, Emilio. Lo he tenido en las manos, de hecho. Mi hermano lo compró en su día y aún debe guardarlo, seguro. Recuerdo «Russians», sobrio y solvente tema, y sobre todo su archiconocido vídeo. Del resto apenas sé nada porque Sting nunca estuvo presente en mi devocionario. Pero escucharé esa canción, seguro. De hecho, ya la tengo marcada en la mula en espera.
Sí, Budokan, leí tu reseña sobre la película de Bigelow y la comenté. No me gusta demasiado pero no dudo de que es mejor que muchas de las que están en mi lista. Traté de incluir un poco de todo para darle amplitud al tema.
Saludos!
¿Y no te gustó «St. Elmo’s…», Carles? Para mí es la mejor película de Schumacher de largo. «Lost Boys» me de igual. No me dice gran cosa, y eso que aparece Jami Gertz, una de las irregulares musas de mi adolescencia. Me pareció una masticada revisión del mito sólo apta para gustos adolescentes. De Guy Madden no he visto nada. Y te agradezco las pistas. Buscaré algo sobre él, no tengo ni idea de su trayectoria.
Un abrazo, Carles.
julio 24, 2007 a 8:51 am
desconvencida
Vaya selección te has marcado, Alex… me ha servido para recordar muchas películas que tenía arrinconadas en mi memoria, como «Amor al primer mordisco», recuerdo que me gustaba mucho de pequeña! jaja…
julio 24, 2007 a 2:49 pm
antarcticastartshere
El alquilado vídeo de aquella película amenizó una aburrida tarde de domingo de mi adolescencia. Le guardo mucho cariño por ello. De hecho, alguno de los chistes de la película siguen apareciendo de vez en cuando en forma de guiño complice con mi hermano mayor. Memorable la escena del manicomio en la que un interno razona el dibujo que está a punto de acabar: «Y ahora le pongo un poquito de colorao… porque me da la gana»
diciembre 17, 2010 a 11:06 pm
Daniel
Es uno de los detalles, de los gags cinematográficos,que más gracia me han hecho, de hecho he buscado essa frase y me ha aparecido tu comentario.
Por cierto,, enhorabuena por tu blog
julio 24, 2007 a 4:28 pm
mycroft
Me sumo a la petición de Near Dark. Me encanta, mucho más que jóvenes ocultos.
Y echo de menos Besos de Vampiro con el Nicolas Cage más desquiciado ever, lo cual es decir mucho en cuanto a desquiciamiento y aturrullamiento actoral.
julio 24, 2007 a 5:36 pm
antarcticastartshere
No me llegó, «Near Dark». No pude con ella. Demasiado Bigalow para mí. La directora tiene ese punto destroyer que a unos les gusta y a otros (como a mí) nos distancia. A veces lo controla y le quedan películas interesantes (Blue Steel) y extraordinarias (Point Break), pero cuándo es incapaz de domarse produce espanto (la última media hora de Strage Days es todo un manual desquiciado de no-cine).
«Besos de Vampiro» está en la lista. Y está precisamente por Cage (soberbio), porque la película es floja, flojísima.
julio 24, 2007 a 6:29 pm
mycroft
Yo creo que Besos de Vampiro tenía un guión soberbio, pero el director era de tal mediocridad que no supo ni quiso filmarlo de modo decente.
El guión es american psycho vampírico, es un viaje al abismo, pero necesitaba un tono, un ritmo, una atmosfera, una mano firme, un profesional.
A veces me imagino qué hubiera sido con un Ridley Scott pre menopausia a los mandos.
julio 25, 2007 a 2:37 am
antarcticastartshere
Puede ser, aunque mantengo mis dudas. Cierto es que la película está penosamente dirigida, pero unas correcciones a la historia no le habrían venido mal. Sin duda no puede presumir de tener ritmo, ni atmósfera, ni mano firme… Realmente aquel tipo era un negado del copón. No es mala elección la de Scott presenil como alternativa. Personalmente me habría gustado verla en manos de Marty. No sé, me da que no habría quedado mal. Lo más cercano al género de terror que ha hecho es «Cape Fear».
enero 20, 2013 a 3:48 pm
José María Aguirre
Buena antología vampírica. Pero, falta «Carmilla» de Roger Vadim. Falta «Carmilla» de la Hammer. Falta «El beso del vampiro» de la Hammer. Falta la primera de Barnabás Collins donde actúa Johnatan Frid. Falta la argentina «Vivir Mata», sólo recuerdo que en esta última actúa Cecilia Roth. Algo extraño pasa con «Carmilla» de Vadim, porque no ha figurado nunca en video clubs ni en revistas de venta de videos; sólo ahora despues de añares figura en internet
con varias secuencias donde se luce Anet Vadim..