Todo pasaje de la historia es enmendable salvo las leyendas. Tratar de reescribir lo que la imaginería popular ya ha establecido como parte de su sistema de valores puede acarrearle serios disgustos a quien ose intentarlo. Le ocurrió a Lawrence Kasdan en su «Wyatt Earp»; presentó a Earp como un antiheroe amoral reconvertido en interesado sheriff corrupto y la taquilla le premió con severas deudas a cambio. El alterar renglones ya escritos es una guerra perdida, poco importa que la verdad camine de tu lado.
El neozelandés Andrew Dominik era consciente de ello cuando decidió adaptar al cine la polémica novela de Ron Hansen «El Asesinato de Jesse James a Manos del Cobarde Robert Ford», novela en la que se narran los acontecimientos que precedieron a la muerte del forajido a través de los ojos del que fue su asesino. Sabedor pues de las dificultades y del rechazo popular que acarrearía la revisión de uno de sus más sólidos mitos, Dominik opta por desmitificar al personaje a través de la senda del lirismo como ya hiciera Sam Peckinpah en la memorable «Pat Garrett y Billy the Kid». Preso de algún arrebato místico, el director presenta la relación entre el famoso pistolero y Bob Ford como si la de Jesucristo y Judas Iscariote se tratara. Lo hace de un modo literal, de hecho, hurgando las razones de uno y en las sinrazones del otro. Bob Ford comienza siendo un niñato con prisas a la hora de medrar. Un emulador de mitos que pretende convertirse en el objeto de sus fantasías de infancia. Su evolución pasará por cada estación de odio y repulsa que invariablemente conducen a la devoción. Por su parte, Jesse James es la nebulosa que aún atrayendo la luz hacia sí mantiene su opacidad. Las breves introducciones conque son divididas las últimas etapas de su vida son filmadas entre tinieblas, siempre refiriéndose a él en tercera persona. Nada se obvia sobre su figura: vemos su magnetismo y al paranoico que mata fríamente a todo aquel que sospecha le ha traicionado, al psicópata que apaliza niños, al maniaco depresivo que dispara contra su propio reflejo en el hielo, al esquizofrénico y al místico que recibe revelaciones, el que se dejará matar para obtener la paz que no consigue hallar. Todo ello narrado en un crescendo pausado e intenso culminado con una contenida explosión de emoción que termina por revelar una película grande a la que le han sido limados todos los vicios que inicialmente lastran su desarrollo, pero que no consiguen impedir su constante avance.
«El Asesinato de Jesse James a Manos del Cobarde Robert Ford» es una extraordinaria obra mayor que acepta portar sus pretenciosos excesos como penitencia. Inspirada en la estética de los westerns periféricos de Altman y de Jarmusch, e impregnada en la lírica de Peckinpah, la película crece al ritmo en que lo hace el Bob Ford escalofriantemente interpretado Casey Affleck. Frente a él, un Brad Pitt en estado de gracia que deslumbra, firme y fugazmente apoyado por Sam Shepard en el papel de su hermano mayor, Frank.
La impecable puesta en escena y su fotografía refuerzan su credibilidad. Todo en ella funciona sin llegar a abrumar en ningún momento. Y todo en ella palidece frente a la soberbia partitura compuesta por Warren Ellis y Nick Cave. Como un diapasón, la música marca pautas y ritmos para terminar convertida en un elemento narrativo más. La última pieza, «Song for Bob», contiene instantes de insoportable tristeza que bien podrían servir para narrar la desdichada peripecia del protagonista.
Una vez consumado su acto vil, por la espalda y con lágrimas en los ojos, el calvario final de Robert Ford no servirá para redimirle. Será una mujer la única en proporcionarle consuelo. Una bailarina de saloon, paria como él, obtendrá la verdad del traidor. La piedra sin pulir que nunca encuentra hueco en el mosaico que forman las leyendas…
¿Por qué le mataste?
Porque él iba a matarme a mí. El miedo fue mi causa y mi recompensa.
15 comentarios
Comments feed for this article
noviembre 3, 2007 a 2:12 pm
Xavi
hhhmmm… muy buena pinta tiene esta peli. Me has abierto el apetito.
Por cierto hay una peli, también western y también australiana que tiene a Nick Cave como… guionista.
¿las has visto?
noviembre 3, 2007 a 2:58 pm
Marnie
La tengo pendiente para ver este fin de semana, que también quiero ver Persépolis. También me llama la atención descubrir qué ha hecho Ben Affleck como director, pero me parece que tendrá que esperar, porque no me va a llegar para todas.
noviembre 3, 2007 a 3:34 pm
antarcticastartshere
A mí me entusiasmó, Xavi. Aunque tal vez ésa no sea la palabra más adecuada para definir la película. Te advierto, eso sí, que las diez o quince personas que abandonaron la sala a mitad de la película seguro que no están de acuerdo conmigo.
No sé por qué, pero me da que no te va a entusiasmar la película, Marnie, que ese tono entre pretencioso y trascendental espanta. La película va madurando con el paso de los minutos hasta definir su tono.
Qué buena pinta tiene «Persépolis», sí. A ver si la puedo ver, que no sé, no sé… La de Affleck me atrae poco, la verdad.
noviembre 3, 2007 a 4:10 pm
Lucinda
Pues así de primeras no es la típica película que me llama mucho, pero tu defensa la hace ganar puntos…
noviembre 3, 2007 a 5:21 pm
Xavi
Nunca he abandonado una proyección. Y no va ha ser esta la primera 🙂
No entiendo a la gente que abandona una película, concierto, conferencia sin llegar al final. Por lo menos si esperas podrás opinar con más propiedad.
Solo espero que no sea de las pedantes tipo Steven Soderberg… jeje
noviembre 3, 2007 a 5:25 pm
Amaya
Tengo muchas ganas de verla, de este domingo no pasa… y no sólo por que aparezca Sam Shepard (you Know:), me has dado muy buenas razones para verla…
noviembre 4, 2007 a 5:30 am
Carolina
NO TIENES IDEA DE CUANTAS GANAS TENGO DE VER ESTA PELICULA!!!!!.
noviembre 4, 2007 a 10:37 am
MK
No me lo hubiera imaginado.Vi el trailer y no reparé.
Tambien me inspira esa aparición de Sam Shepard . Y la música. Y cuando hablas de la estética de los westerns periféricos de Jarmusch , te refieres de «Dead Man»?.
Bueno habrá que ir a verla , y quizás habrá que empezar a considerar con fundamento a Brat Pitt .Siempre he pensado que si ese hombre fuera un poco más feo…
noviembre 4, 2007 a 10:43 am
MK
Fui a ver» Mataharis» de la Bollain. Bien hecha.Me le falta intensidad … ultimamente les falta intensidad a casi todas las películas y novelas que leo.Claro que la vida está más repleta de esas histórias sencillas que de las otras…pero vengo necesitando un historión de aquellos que te engancha. De esos que se te hacen las cuatro de la madrugada y no puedes cerrar el libro o que sales del cine arrebatada y sintiéndote exactamente igual a la protagonista…Se admiten recomendaciones
noviembre 4, 2007 a 1:20 pm
Amaya
Yo tambien necesito ver algo asi, MK… He leido buenas criticas de «Once», una peli irlandesa, a ver si consigo ir a verla…
noviembre 4, 2007 a 4:10 pm
antarcticastartshere
Película, Lucinda, que si gusta a la Academia y resulta premiada, verá todo el mundo seis meses después de su estreno. De entrada, en los States se estrenó en sólo cinco pantallas.
Yo abandoné una proyección una vez, Xavi, pero fue porque estaba enfermo. Recuerdo que la peli era «La Milla Verde». De todos modos, y como dices, es incomprensible que alguien abandone una sala a la mitad. Pero es algo que ocurre con bastante frecuencia.
Te llegue o no a gustar si la ves, tranquilo, que no tiene nada que ver con el pedante de Soderberg.
Sale poquito, Amaya. Shepard desaparece en el primer tramo de la película para no volver. Una pena. Llena la pantalla con su sóla presencia. Su ausencia es importante, en cualquier caso, se utiliza como elemento dramático para explicar parte de las razones que llevan a Jesse James a caer en picado desde su marcha.
Pues ya me dirás, Carolina. Te advierto que su ritmo es lentísimo. Vamos, que «300» no es. :p
«Dead Man» de Jarmusch y «Los Vividores» de Altman son referencias estéticas evidentes. También comparte desarraigo con «El Hombre que Amó a Cat Dancing». Absorbe influencias sin renunciar a una entidad propia. Bascula su estilo sin definirlo durante más de una hora para encarrilarlo gloriosamente en una hora y media final extraordinaria. Me gustó mucho, Mary Kate. Pertenece a la categoría de películas que crecen en tu mente una vez ha terminado su proyección. Si la ves, espero que te llegue tanto como a mí. Brad Pitt es un actor más que notable, lastrado por su propia obsesión en ser considerado algo más que una cara bonita. Nunca le he visto dominar un personaje como lo hace en esta ocasión. Si puedes verla en V.O. mucho mejor. Su voz y la de Casey Affleck transmiten tanto.
No he visto «Mataharis». La Bollain siempre me pareció una directora con más recorrido de que ha alcanzado hasta el momento. Te podría recomendar muchas películas que a mí me dejaron sin aliento, pero eso no significa que te vaya a ocurrir lo mismo a ti. Aparte de que algunas son difíciles de encontrar del copón. A ver si hago una lista.
No sé nada de «Once», Amaya. Investigaré…
noviembre 5, 2007 a 10:10 am
MK
Vi el trailer de Once , antes de la proyección de Mataharis y por un momento dudamos en pegar un brinco y cambiar de sala.Nunca me he ido de una proyección pero estuve a punto de hacerlo en El Silencio de los corderos (ya no he vuelto a ver ninguna peli más del genero casquería) y también en El rey David con un Richard Gere bailando y poniendo morritos en esos pasajes del antiguo testamento , en esas revisiones históricas recreadas por mentes calenturientas hollywoodienses, muuucho antes de que la cosa se convirtiera en habitual , y la iconografía y estilismo filogay al uso ya fuera algo aceptado como válido.Me explico , alguien un día decidió que los personajes históricos eran macizos , llevaban falditas , fueran de donde fueran y a lo que fueran y peleaban peplum al viento mientras echaban intensas miradas requiriendo aparearse con todo bicho que se les pusiera a tiro, preferiblemente un general .Ellas eran todas unas brujas vestidas de Galliano,
o eso o una bella esclava ,vestida con tela de saco ,pero con una perfecta manicura francesa.Si las escenas eróticas suben de tono, ella invariablemente se habrá hecho las ingles brasileñas.Todo muy adecuado para circular por esas colinas de Jerusalem.
noviembre 5, 2007 a 4:46 pm
antarcticastartshere
A mí me gusta «Rey David», aunque sea sólo por el baño nocturno que se pega Alice Krige. Lo de los perfiles perfectos es aplicable al cine en general y, como dices, al género histórico en particular. Lo que no deja de tener su lógica. Imagina que el papel del minifaldero Aquiles en «Troya» lo hubiese interpretado el feo de los Calatrava en lugar de Brad Pitt. ¿Cuál habría sido el eslógan de la peli entonces? ¿Tal vez, El horror existe y viste minifaldas?
noviembre 6, 2007 a 12:58 am
Marnie
Pues ya fui a ver Persépolis y me encantó! Eso sí, al final me tuve que saltar la de Jesse James por falta de tiempo. Espero recuperarla algún día que otro, porque la verdad es que me llamaba la atención.
noviembre 6, 2007 a 1:48 am
antarcticastartshere
«Persépolis» tiene una pinta estupenda, sí. Trataré que no se me escape, aunque tengo poco capital y muchos estrenos pendientes. Insana curiosidad me provoca tu opinión sobre la película del pistolero, reconózcolo.